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lunes, 20 de mayo de 2013

Entrevista para un trabajo de fin de curso.

 Hace unos días una chica del colegio Vedrome de no sé que localidad se puso en conrtacto conmigo vía twitter para contar con mi testimonio para un trabajo que tenían que realizar. Al parecer habían sabido de mi por la entrevista de Para todos la 2. Es lo que tiene la tele. Acepté con alguna condición. Me da igual que vayan al colegio, o se hace bien, de manera más o menos rigurosa, o no se hace. Así fueron las preguntas...

Entrevista Sr. Velasco:
1. ¿Cómo describiría a una persona con esquizofrenia?
2. ¿En qué situaciones te puedes encontrar ante un enfermo mental? ( tanto
positivas como negativas.)
3. ¿Hace falta medicación siempre?, o también es muy importante la información 
y aceptación para poder  llevar la enfermedad  lo mejor posible?
4. ¿Cómo se siente una persona con esta enfermedad?
5. ¿Cómo reacciona la gente ante un enfermo mental?
6. ¿ Es muy normal o no el rechazo social?
7. ¿Cómo transcurre la vida del esquizofrénico, es decir, a que dificultades se
enfrenta?
8. ¿Reciben ayudas las personas con esta enfermedad?
9. ¿Existe la misma atención de la enfermedad en los países desarrollados que en
los del 3r mundo por ejemplo?
10. Sabemos que tiene un vínculo con la emisora de radio, ‘’Rádio Nikosia’’  ¿Cómo
se creó? ¿De qué suelen hablar en la cadena?
11. También salió hace poco el libro ‘’Escritofrénico’’ escrito por usted. La historia
del protagonista, Marcos, ¿es el reflejo de su experiencia de vida?
a. ¿Ha tenido que superar muchas dificultades para poder escribir el libro?
¿Le ha sido fácil publicarlo? ¿Ha recibido ayudas para sacar adelante el
proyecto?
12. ¿Cuál era la intención de este libro? ¿Dar a conocer a un número más amplio
de personas la enfermedad y sus dificultades o intentar demostrar que una
enfermedad mental no es un estigma social?
13. ¿Tiene pensado seguir con algún libro más sobre este tema?

Así ha quedado el resultado...


  1. ¿Cómo describiría a una persona con esquizofrenia? Como una persona que en algún momento de su vida, por causas biográficas y ambientales concretas, ha tenido serias dificultades para gestionar las agresiones que inevitablemente ejerce la sociedad sobre el individuo, acabando emparapetándose en su angustia y su certeza. Una certeza rígida, donde no cabe la duda, la mentira, la relatividad. De esta forma, en la soledad más absoluta, genera síntomas como un intento de autocuración ante el horror de una realidad que le supera, oponiendose, no a la razón, sino al sentido común, a un común compartido, a una convención social que por compartida no resulta menos arbitraria aunque haya sido naturalizada. La locura pues, deconstruye este sentido común y pone el acento en la búsqueda y construcción de su propio sentido común.

  1. ¿En qué situaciones te puedes encontrar ante una persona con trastorno mental? ( tanto positivas como negativas.) Depende de la persona y de la situación. Depende también del momento en el que se encuentre. El sufrimiento mental puede ser muy desagradecido, porque en un momento de crisis la persona puede no ser capaz de integrar la realidad como lo haría en otro momento. Esto nos sucede a todos los seres humanos, tengan o no un diagnostico psiquiátrico, quizás en las personas que acarreamos con él, se puede acentúar, se nos clava, al tener dificultades para entender y comunicar que es aquello que nos angustia. Desgraciadamente muchas personas por un momento de crisis acaban cargando con el peso de un diagnostico crónico durante el resto de su vida. El sistema de salud actual, focalizando el problema únicamente en la paliación de síntomas y no en la reestructuración de la subjetividad identitaria, parece más una industria de la enfermedad que un sistema generador de salud.


  1. ¿Hace falta medicación siempre?, o también es muy importante la información y aceptación para poder llevar su sufrimiento lo mejor posible? La medicación no es la panacea y por sus indeseables y nocivos efectos secundarios puede causar tanta o más angustia que el síntoma en sí mismo, incluso provocar la muerte. Lo más importante es llegar a conocerse lo suficiente como para poder articular herramientas de autogestión de los padeceres, donde en un momento dado la química puede ayudar, de forma puntual, siempre que no obstaculice tu manejo en sociedad ni provoque resultados incapacitantes. Se podría decir que la medicación es como una escayola aplicable en el momento de una fractura ósea, que alivia y puede ayudar a soldar, pero que sino la suprimen a tiempo, como pasaría sino te la quitan del brazo o de la pierna, acabará atrofiando los tejidos naturales de la mente. El amor, la amistad, una rutina laboral y ociosa que de sentido a tu vida, son los elementos principales en el asentamiento de toda vida humana, y las personas que hemos sufrido un proceso de angustia extrema no somos diferentes al resto.

  1. ¿Cómo se siente una persona con esta particularidad? El momento del diagnóstico, cuando te imponen la etiqueta, suele significar una ruptura con tu vida anterior, ya que a partir de ese momento tu vida gira en torno a un doble rol como paciente crónico y enfermo total, del que es muy difícil salir. Más allá de eso las personas se intentan adaptar como pueden a esa nueva realidad y conviven con los embates emocionales como cualquier otro.


  1. ¿Cómo reacciona la gente ante una persona diagnósticada de trastorno mental? Suele mirarte a través del prisma de la etiqueta con la que cargas y las etiquetas son sólo eso: etiquetas. Éstas se convierten en estigmas cuando se asocian a ideas negativas por parte del afectado o la sociedad, ideas que varían su significado según las culturas, las creencias, las experiencias y las subjetividades. Hoy en día resulta muy difícil mirar a alguien a quien se le ha colgado una etiqueta, y se ha acabado por identificar con ella, en un lugar distinto a la casilla en la que se le ha encerrado socialmente. En estos casos debería ser la misma sociedad que lo etiquetó quien, a juzgar por sus actos y su esfuerzo, lo situara en otro lugar, pero parece que esto no interesa demasiado. En salud mental, la misma etiqueta puede acabar suplantando la identidad del sujeto, máxime cuando en el momento del diagnóstico se pone tanto énfasis por parte de los profesionales en la aceptación y cronicidad del mismo. Quizás por esto preferimos hablar de problemas reales que no de memorizar el DSM-5. Las limitaciones propias y del entorno sumadas a los indeseables efectos secundarios de los psicofármacos hacen muy difícil que una persona diagnosticada se recupere.

  1. ¿ Es muy normal o no el rechazo social? Es curioso comprobar como estudios antropológicos revelan que en un país tercermundista como Sri Lanka, donde en algunas tribus un brote psicótico es entendido socialmente como una posesión “mágica” por parte de los antepasados del sujeto y éste es apreciado o al menos no excluido o rechazado por su condición, exista una mejor evolución de los afectados respecto al todopoderoso Occidente y sus modelos de normalidad y manuales diagnósticos. Por alguna razón, estos estudios tienen menos interés en los medios de comunicación que los ensayos clínicos, y mientras tanto la imagen que se proyecta en los mismos medios de la locura se relaciona directamente con peligrosidad o incapacidad.


  1. ¿Cómo transcurre la vida del esquizofrénico, es decir, a que dificultades se enfrenta? A las mismas que el resto del mundo, pero más acentuadas, pues la imagen que pervive en el imaginario colectivo sobre la locura y los/as locos/as imposibilita en la mayoría de los casos el acceso al mundo laboral normalizado, teniendo que recurrir a Centros Especiales de Trabajo, que no son otra cosa que guettos donde no existe una verdadera integración en la sociedad, sino más bien son lugares donde se les exige a sus trabajadores que produzcan como podría producir alguien sin diagnóstico, pero con menos retribuciones económicas.

  1. ¿Reciben ayudas las personas con esta problemática? Claro, reciben ayudas, tratamientos psiquiátricos (principalmente farmacológicos), con suerte acompañado de una terapia cognitivo-conductual y una mínima pensión, insuficiente para pagar un alquiler -ya no hablemos de pagar el resto de facturas- lo que obliga a las personas con trastorno mental mantenerse en el domicilio familiar ad eternum.

  1. ¿Existe la misma atención de la enfermedad en los países desarrollados que en los del 3r mundo por ejemplo? En el tercer mundo no hay apenas atención a los problemas de salud mental. Paradójicamente según datos de la Organiczación Mundial de la Salud existe un indice de recuperación de dos tercios frente a sólo un tercio en el primer mundo. Eso sí, aquellos que no consiguen recuperarse, ese tercio que no supera sus problemas, acaba desgraciadamente desatendido y torturado, atados, por ejemplo, a un árbol como si fueran perros.

  1. Sabemos que tiene un vínculo con la emisora de radio, ‘’Rádio Nikosia’’ ¿Cómo se creó? ¿De qué suelen hablar en la cadena? Podríamos decir que fue la primera radio española en importar la idea fundacional de Radio La Colifata: en palabras de Alfredo Olivera (director de dicha emisora) Crear lecho para que fluya el río o lo que sería lo mismo crear un marco desde el cual la persona pueda encontrar espacios para el decir, para estar, para ser más allá de lo que dicta su diagnóstico, y pueda, al mismo tiempo, transmitir o canalizar todo aquello que tradicionalmente se le ha sido negado. De esta forma la radio funciona como una suerte de altavoz para la palabra tradicionalmente velada. Lo que hace única y especial a nuestra emisora es que está ubicada más allá de todo ámbito clínico, más allá de identidades surcadas por la idea de enfermedad. Es una radio dentro de otra radio dentro de la comunidad, dentro de la normalidad más simple y concreta de la comunidad. La idea es que sea un espacio propio para así darle forma a ese intento de hablar de la locura desde la voz que la sufre. Siempre decimos que radio Nikosia increpa a la locura, la cuestiona, se refugia en ella, la expulsa, la redefine, la ubica en el lugar de lo normal, la abraza, convive con ella y sus vaivenes, la padece. Somos personas que buscan comunicar y comunicarse como una estrategia en pos de de-construir las bases del propio sufrimiento.


  1. También salió hace poco el libro ‘’Escritofrénico’’ escrito por usted. La historia del protagonista, Marcos, ¿es el reflejo de su experiencia de vida? En el libro la palabra, antes emitida, se fija. Se asegura, se aferra al papel y habilita la reflexión, da tiempo y terreno para que el lector, pueda sumergirse en los laberintos intensos de la locura. Sumergirse, pensar y repensar los atajos que ligan el pensamiento de los que llaman ‘locos’ con el del resto de la sociedad.
Porque en definitiva, sanos, cuerdos, locos todos somos seres sociales buscando un espacio de legitimidad desde donde poder contar nuestro pequeño intento de verdad. Si bien son numerosas las disertaciones teóricas, los trabajos científicos y los escritos ‘profesionales’ que se han realizado en el último siglo alrededor del sufrimiento mental, poco espacio ha habido para la palabra de quienes la padecen, para ese discurso que se estructura desde el padecer y que, en definitiva, debería ser considerado como una de las versiones más profundas sobre ese universo. Podría decirse que este libro es el resultado de todo aquello que me ha enseñado la locura.
    1. ¿Ha tenido que superar muchas dificultades para poder escribir el libro? ¿Le ha sido fácil publicarlo? ¿Ha recibido ayudas para sacar adelante el proyecto? He tenido la fortuna de llenar con este libro un vacío en la literatura psiquiátrica española y ser reconocido por ello con la publicación del mismo. Publicar un libro, en mi caso ya es el tercero, supone un gran esfuerzo de recopilación, narración y estructuración. La única ayuda que he recibido durante el proceso es la compañía de tantos amigos y amigas que me han ayudado a seguir adelante con él.


  1. ¿Cuál era la intención de este libro? ¿Dar a conocer a un número más amplio de personas la problemática y sus dificultades o intentar demostrar que una enfermedad mental no es un estigma social? La enfermedad mental no existe en tanto enfermedad, sólo los medios de comunicación utilizan erróneamente esta expresión. Para ser enfermedad requeriría de una nosología definida y unos biomarcadores inexistentes. Pues el lenguaje, única herramienta existente de diagnóstico, no esta considerado biomarcador. La intención del libro es dar una visión veraz y rigurosa de los procesos mentales en momentos de crisis y plantear un itinerario de recuperación para aquellos que han pasado por ellos, sin eludir el conflicto y la crítica a un sistema que me actualmente me parece cimentado en parámetros falaces y perversos.

  1. ¿Tiene pensado seguir con algún libro más sobre este tema? Ya estoy escribiendo un cuarto libro, pero de eso no pienso hablar. Gracias.

    Mejor, no?

sábado, 11 de mayo de 2013

LA LLAMADA TELEFONICA



LA LLAMADA TELEFONICA

Si la vida de un hombre vale lo que valen sus afectos, Peter era un hombre afortunado. Aquellos vínculos, complicidades, encuentros, experiencias compartidas que nos permiten salir de la soledad más absoluta, de la isla permanente de la incomunicación y el solipsismo, de ese infierno de paredes de hielo y silencio, donde acaban encerrados aquellos que carecen de aquella persona amiga que le acoja y lo sostenga, manteniendo a flote la estructura vital, incluso aquellas veces en que la vida ha golpeado tan duro que más de uno sentiría que lo más fácil sería derrumbarse y ceder ante la angustia. Esos momentos en que el dolor se agolpa y se extiende como una carcoma ácida y desoladora, royendo los interiores de la mente y el espíritu, abriendo huecos y vacios insondables que la palabra no alcanza a tapar porque lo real se ha vuelto demasiado terrible, demasiado horroroso para enfrentarlo -aunque quizás siempre fue así-, abriendo un extenso páramo en el campo de lo inefable. Como he dicho si esto fuera realmente así, Peter debía ser un hombre afortunado, un gran hombre, a juzgar por como se relacionaba con los demás. Una forma afectuosa y honesta, amigable y leal, que le retornaba en forma de aprecio, cariño, sincera compañía y amor incondicional por parte de sus muchos amigos y sobre todo por parte de Julia, la mujer que había conocido en la universidad, aquella con quien compartía lo bueno y lo malo desde entonces, la que le salvaba de su lado más oscuro.



Se habían graduado en el año 2005, él de Filosofía y Letras, ella de ingeniería industrial. Como tantos otros jóvenes tuvieron serias dificultades para empezar a ejercer, él tuvo que aceptar varios trabajos precarios de manipulación o transporte, hasta que consiguió una beca completa para realizar un doctorado, aunque tuvo que seguir con trabajos temporales como camarero y profesor particular para poder ayudar con el alquiler. Ella había entrado a hacer practicas en una empresa farmaceútica y después de un año como becaria, convenció a sus jefes para que la contrataran como miembro del equipo de logística e innovación. Cuando los dos estaban asentados llegó el primer golpe duro con la muerte de Marta, la madre de Peter, en un accidente de coche cuando se dirigía a la fiesta de cumpleaños de su hijo. El padre de Peter había fallecido cuando éste aún era niño y su madre se había encargado de que no le faltara nada y de que llegara hasta donde pudiera soñarse. La policia llamó al piso de Peter y Julia para informar del accidente. Fue Julia quien respondió al teléfono, la cual no pudo contener las lágrimas. Fue el llanto de ella lo que le avisó a él de que algo terrible había sucedido. Durante los días siguientes tuvieron que hacer frente a todo el papeleo y burocracia pertinentes: la elección del féretro, las flores, las llamadas a seres queridos, la herencia y todo aquello que envuelve, para bien o para mal, el negocio de la muerte. Un auténtico proceso de desnaturalización de los padeceres donde no pudieron permitirse ningún momento de dolor íntimo, ya que estuvieron más ocupados enfrentando el dolor de todas aquellas personas que se quisieron despedir de la difunta, que de compartir el suyo propio. Una vez incinerado el cuerpo de Marta y esparcidas sus cenizas entre los rosales del jardín botánico, la pareja pudo abrazarse al fin y llorar unidos en el dolor del duelo.

La herencia que Marta le había legado permitió a Peter dejar sus trabajos eventuales y centrarse en su tesis doctoral. Un ensayo que pretendía reflexionar sobre las lógicas institucionales y las relaciones de poder. En su opinión las estructuras verticales que regían las instituciones, ya fueran políticas, sanitarias, educativas o familiares, cimentaban un tipo de relación perversa, que acababa vulnerando en no pocas ocasiones los derechos humanos del sujeto institucionalizado. La vejación, el maltrato, el abuso, siendo protocolizados se disfrazaban de medidas paliativas por el bien de la comunidad y del orden social. Con lo que se garantizaban que aquellos que poseían una cuota de poder, pudieran mantenerla pasara lo que pasase.



Esta forma más intelectual de rebelarse contra lo establecido había encontrado su contrapunto en lo real de la mano de movimientos como el 15 M que había sacado a las calles a cientos de miles de personas por todo el país, reclamando una democracia más participativa y promoviendo otra forma de relacionarse política y socialmente entre los ciudadanos. El respeto por la diversidad, los valores postmodernos, se habían convertido en ejes de un movimiento de masas, que desde el gobierno se intentaba criminalizar con las dos armas que tenía: acusando injustamente a sus miembros de terrorismo o diagnosticandolos de enfermos mentales.

Una noche, el viejo teléfono de Peter graznó los acordes de su melodia, a altas horas de la madrugada, despertándole asustado ante lo insólito, pensó que podría tratarse de Julia, la cual estaba de viajeen casa de sus padres y podía estar en apuros. Se levantó de un salto y fue hasta la cómoda donde dejaba siempre su celular, pero no reconoció el número. Pensó que quién fuera debía de haberse equivocado y volvió a enrocarse bajo las mantas. 




Soñó que la ciudad se convertía en un laberinto del que no había salida, un amasijo de calles y avenidas, donde nada era lo que parecía, donde las ventanas estaban cerradas porque escondían algún secreto. Soñó que andaba por ellas y que un peligro desconocido le acechaba en su deambular, por lo que comenzaba a correr huyendo de su fantasma. Al entrar en un parque arbolado la sensación de angustia se hizo más extensa, pero, por suerte -creyó en ese momento- después de acelerar su carrera encontró un edificio de paredes de cristal, al que pudo acceder porque la puerta estaba abierta. En su interior otro laberinto de pasillos blancos y angostos, como si fueran los intestinos de una enorme bestia, le condujeron hasta una enorme sala blanca donde sólo había una cama vacía. Si aquella cama era su final no lo supo jamás, quizás lo era y no lo era, porque la vida está llena de paradojas y en muchas ocasiones las cosas son como son y a la vez su contrario, como si las palabras, fuera de la literatura y de sus reglas, no sirvieran para fijar a aquello que las debiera representar, porque la realidad es innasible en esencia, y esta vida solo fuera un sueño del que no sabemos cuando vamos a despertar. 

Continuara... 

sábado, 4 de mayo de 2013

EL SALTO.

El salto.


Justo saltó de su balcón un domingo a las tres del mediodía. Mientras caía vio a una pareja de ancianos compartir un flan de huevo. Observó durante un instante como en otro piso la televisión mostraba a la Plataforma de afectados por la hipoteca detener un desahucio. Vislumbró a una pareja de recién casados besarse sin temor, como si su beso fuera la materialización más pura de la ilusión. Seguía cayendo y su mirada cazó a una madre mientras amamantaba a su bebé, destinatario de un futuro incierto, pero que por derroche de esperanza no sería. Finalmente creyó distinguir a una mujer sola, sin ilusión, sin esperanza, como había estado él hasta el momento del salto. Fue entonces, en el instante justo de estrellarse contra el suelo, cuando supo que aún no quería abandonar este mundo.